Referirse a la estructuras de organización social y de gobierno presentes en la comunidad indígena del municipio de Chía (Cundinamarca), implica sumergirse en la historia misma de la nación colombiana, cuando no menos en las lógicas de supervivencia de los pueblos originarios de América. Ellos representan el devenir de la sociedad latinoamericana atravesada por el crecimiento como civilización, el advenimiento de la invasión, el saqueo y la explotación, la resistencia, las reivindicaciones y la dignidad de los pueblos nativos y raizales.
El mundo de lo que podríamos denominar indígena es el proceso de resignificación y restablecimiento de las prácticas culturales de una nación, así como el empoderamiento de un ideario simbólico y material de los pueblos precedentes al encuentro con el mundo europeo y su legado colonizador.
Son entonces las comunidades indígenas la imagen viva de los pueblos originarios que habitan en las tierras del Abya Yala y los procesos de sincretismo que han afrontado, así como la historia inagotable de continuidades y discontinuidades, de luchas permanentes por alcanzar una dignidad y un reconocimiento, cuyo legado podemos decir vas más allá de su espiritualidad, la cual considera Javier Correa era el mayor patrimonio heredado por los pueblos ancestrales, pero que en una perspectiva diacrónica puede resolverse que su grandeza e importancia se resume en su constante capacidad de lucha y resistencia lo cual les ha permitido sobrevivir e impregnar culturalmente diferentes momentos de la historia.
